La mujer en la composición musical ocupa un lugar secundario cuando vemos la historia de la música académica. En general se las reconoce como sombras de otras grandes figuras, por ejemplo: Clara Wieck (Robert Schumann), Fanny Mendelssohn (Felix Mendelssohn) o Germaine Tailleferre (Groupe des Six). Sin embargo, el desarrollo de las vanguardias (junto a las luchas sociales) trajeron nuevos paradigmas sobre el rol que ocuparía la compositora. En esta nota quiero presentarles a cinco de ellas que aún se encuentran en pleno trabajo musical y son recomendadas por Gramophone. Seguramente hay muchas más para mencionar, por eso los invito a que comenten al final del artículo. Quizás haya una segunda parte.
1 – Jennifer Higdon
Un premio Pulitzer y un Grammy son algunos de los tantos elogios que ha recibido la música de Jennifer Higdon. Sus obras son tan solicitadas que actualmente sólo trabaja a través de comisiones exclusivas. En su haber cuenta con estrenos realizados por orquestas, solistas y grupos de cámara más prestigiosos del mundo. Además es una de las compositoras más interpretadas en los Estados Unidos.

Una particularidad especial de esta artista reside en la difusión que logra con sus composiciones. No sólo es interpretada por orquestas como la de Houston o Filadelfia, sino que también podemos encontrar en su agenda un número muy grande de actuaciones por parte de orquestas municipales y hasta bandas escolares. Esto nos da la pauta de que su música es pensada no sólo para ser estrenada, sino para ser reinterpretada. Muchos críticos han dicho que ella compone música que le gusta a la gente, quiere decir que van a encontrar un lenguaje contemporáneo y a la vez amable para el oído poco entrenado.
2 – Lera Auerbach

En la era de las multi-disciplinas, encontramos en Auerbach una artista con muchas aristas. Si bien se ha ganado un lugar en este artículo por sus composiciones, no podemos dejar de mencionar sus hábitos renacentistas de polímata. Ella es concertista de piano, pintora, escultora y escritora. Estas actividades, lejos de ser diletantes, aportan una experiencia que Auerbach vuelca en su filosofía como compositora: “todas las formas de arte están interconectadas y diseñadas para nutrirse una a la otra”. Quizás para algunos este tipo de desempeño no sea el correcto, pero en la actualidad contamos con un sentido de nuestras vidas muy ligado a las multi-tareas.
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3 – Sally Beamish
Simpleza y eficacia. Esas son las características principales en las obras de Beamish. Desde muy temprana edad se interiorizó con el ejercicio de la composición (impulsada por su madre violinista).

Actualmente cuenta con más de doscientas obras estrenadas y es una de las compositoras más demandadas en Reino Unido. Sus composiciones llegan a orquestas, conjuntos de cámara y solistas muy prestigiosos. Además ha trabajado en diversos proyectos de ballet y música de concierto. La identidad de su música es vista muchas veces como un balance muy bien logrado entre la suavidad y la rigidez de sus timbres o motivos rítmicos, sumado a motivos folclóricos que se esbozan entremedio. Finalmente el lirismo y la emocionalidad no dejan de estar presentes en todo momento, como un nexo natural. La compositora encuentra en este nexo una forma compasiva para expresarse a través de las piezas.
4 – Unsuk Chin
«¿Cuánto es para siempre? A veces sólo un segundo -diría el conejo blanco.»
Lewis Carroll
En Chin encontramos una referencia constante a la gran obra de Lewis Carroll: Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. Inspirada en ese libro, la autora hace alusiones musicales a diversos pasajes, los cuales han sido interpretados de una forma muy personal. Su ópera Alice, estrenada en 2007, nos muestra un mundo de fantasía en donde aguardamos con intriga el desarrollo de la obra.

Los motivos simples se van entrelazando gradualmente y forman nuevas texturas. De esta manera pasamos a la complejidad. Al extender esta complejidad, podemos apreciar cómo se distorsionan los motivos iniciales y nos sentimos extrañados con lo que escuchamos, como si no reconociésemos nada de su origen en esa masa. En ese clima Chin nos deja congelados cuando irrumpe algún golpe de percusión en su obra y en ese segundo podemos apreciar cúanto es “para siempre”.
5 – Kaija Saariaho
Sin dudas estamos ante una de las compositoras más importantes del siglo XX y la actualidad. Siempre que escuchemos su música podremos decir que no se parece a nada conocido.

La originalidad y la esencia que acompañan a Saariaho han sido su estandarte a lo largo de todos estos años. De texturas etéreas e hipnóticas su música se inspira principalmente en rasgos de la naturaleza y de sucesos como la aurora boreal. El uso de la electrónica fue lo que la volvió prolífica en su carrera y esto demostró una expresión sónica única entre la introspección y la solidez de sus obras. Fue alumna de Ferneyhough y Huber en Alemania, y luego se transladó al IRCAM (Institut de Recherche et Coordination Acoustique/Musique) de París, ciudad en donde vive hoy en día.
Se conoce muy poco acerca de su vida personal ya que es muy reservada con ese aspecto. Pero sí podemos vislumbrar una carrera llena de elogios y premios como el Kranichsteiner, el Premio de Música del Consejo Nórdico, el Grawemeyer, el Nemmers en Composición, el Wihuri Sibelius y el Léonie Sonning Music, entre otros. Ella pertenece a una generación de compositores finlandeses que también recomiendo escuchar fuertemente: Esa-Pekka Salonen y Magnus Lindberg.
Si te gustó este artículo te invitamos a ver la entrevista que le realizamos a la compositora rosarina Natalia Solomonoff. Suscribite a nuestro canal de Youtube para más novedades.

Ignacio Quiroz
Doctorando de la Universidad Nacional del Litoral
E-mail: ignacioquiroz.vl@gmail.com
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